Capítulo 31
Prosiguen los del presidio sus obras en desazer las líneas y ataques, y adelantándose algunos cabos azia el enemigo se repitió la pelea.
Continuase con más calor la misma operación, y manda el príncipe recoger las balas que avía en los aproches enemigos.
Perfiziónase el trabaxo emprendido. Refuerza el contrario su gente con un nuevo regimiento que le vino.
Allánase el aproche baxo la Redondela. Noticias por un navío y tartana, que nos entraron. Passan a África más fragatas.
Primo
Prosiguen los del presidio en desazer sus obras emprendidas.
Continuose con igual calor el 14 la demolución de los ataques con 2.500 hombres que para esto se destinaron, a cuya vista retiró su piquete el enemigo a los molinos sin haver disparado un alcabuz.
Este destacamiento pudo en este día dexar enteramente terreplenados la mayor parte de los aproches, y destruídas del todo las dos últimas baterías, con cuyo logro se contentó por entonces, retirándose al anochezer a la plaza sin oposición alguna de parte de los contrarios, que passaron después a ocupar su antiguo puesto bien que con alguna pérdida de gente al disparo de nuestro cañón, que jugó incessantemente assí este como los días siguientes.
Prosiguiose al 15 aquella ocupación con la circunstancia de aver salido el príncipe comandante a un espléndido banquete que celebró sobre aquel terreno con assistencia de todos los cabos mayores de la guarnizión, y con los brindis y salvas, que se dexa considerar.
Por la tarde observando una partida de cavallos del enemigo, que una guardia nuestra de hasta 18 granaderos estava muy apartada del cuerpo principal, y que algunos de sus cabos se ivan passeando a cavallo con menos rezelo de lo que convenía, le parezió tenía coyuntura para sorprenderlos como lo intentó, bien que sin efecto adelantándose dos de sus esquadrones a este fin hasta ponerse a trecho de nuestros granaderos, quiénes hizieron tan brava resistencia a la que los tubieron cerca, que fué precisada aquella cavallería enemiga a retirarse a toda brida, en razón de averles llegado a los nuestros una partida de refresco para mantenerles, y dándose la mano segundar la pelea. Perdió el enemigo en esta funcción tres soldados y seis cavallos, logrando hazerle prisioneros quatro, que se rindieron con sus cavallos, entre quiénes se distinguió don Joseph del Prado, capitán de cavallos, malamente herido en la cabeza. De la guarnizión huvo tres heridos y un muerto.
Súpose por los rendidos que el trozo de Estremadura se avía partido ya y quedavan en el campo unos 100 infantes y 250 cavallos. Este día se acabaron de derribar las dos postreras baterías.
2º
Continúase con más calor la misma operación, y manda el príncipe recoger las balas que avía en los aproches.
Mil y cien hombres trabaxaron el día siguiente en la total demolición de aquellos ataques y demás obras, lográndose allanar las dos baterías de a siete y doze cañones que tenían levantadas los enemigos contra la plaza.
Con esta ocasión mandó el príncipe retirar al arsenal un considerable número de balas de cañón, que se halló en aquellas trincheras, dando orden para fazilitar su acarreo las embarcasen (cómo se hizo) en diferentes lanchas.
Del enemigo no parezió soldado en todo oy, solo un trompeta vino a la plaza con algunos vestidos para el capitán de cavallos prisionero de parte del comandante de aquel bloqueo.
Descansó el presidio el diez y siete de la gran fatiga que durante la demolución de las líneas experimentó en el trabajo material de allenarlas.
Un desertor que entró este día no dió más noticia que la de quedar el enemigo con el mismo número de gente en el parage de antes.
Tres navíos que surmontaron el estrecho, les tuvimos los de la plaza por franceses, y assí burlaron las esperanzas de muchos, que pensavan venían de Inglaterra, y que por ellos recivirían los socorros que esperavan para remediar su estechez. Llegó de Tánger la tartana, que días atrás se avía allí enviado, y con el cargo de bastimentos, que truxo, se remedió la falta de víveres que padezía algún tanto la plaza.
3º
Perficiónase el trabaxo emprendido. Refuerza el contrario su gente con un nuevo regimiento que le vino.
Otra vez salió la mayor parte del presidio el día 28 para perfizionar el trabaxo que días antes avía comenzado y quedava todavía imperfecto, y assí se puso toda echura en derribar oy la gran batería y fortificaciones collaterales, como se logró sin oposición alguna, y no sin mucho trabaxo de los que en esto se emplearon, por razón de ser muy grandes los sestones que el enemigo tenía en aquel puesto y costar por lo mismo no poco de desentarrar sus extremidades.
Reforzose oy con un nuevo regimiento de cavallos los que le quedavan al enemigo sobre el bloqueo, y murió de su herida el capitán de cavallos que últimamente hizieron prisionero nuestros soldados.
El día 19 bolvió el presidio a la tarea para continuar la perfizión en allenar las obras de defensa, que nuestro contrario avía levantado contra la plaza, y pudo trabajar la gente con toda seguridad, por no aver parezido en todo este día enemigo alguno.
Bolvió el trompeta del capitán difunto para parlamentar con su amo, lo que se le negó de orden del príncipe y la entrada de todo punto, mandándole decir que en llevándole noticia de los seis prisioneros que el de Villadaries avía echo de los españoles del presidio, entonces se le daría igualmente de los que en la plaza quedavan del campo, ocultándosele la muerte de su capitán para ver si por este medio restituiría el Villadaries nuestros españoles.
4º
Allánase el aproche baxo la Redondela. Noticias por un navío y tartana que nos entraron. Passan a África nuestras fragatas.
Púsose mano el día 20 en allanar el aproche que baxo la Redondela avían levantado los sitiadores después de averlo echo con la gran batería que allí cerca se avía levantado.
Un navío genovés entró en la bahya cargado de vino, con quien algunos valencianos se avían embarcado para nuestra plaza, en cuyo puerto dió fondo igualmente una tartana, que dixo como el príncipe Eugenio de Saboya quedava en Italia restituido al exército para mandarle aquella campaña ocupando ya gran parte del estado de Mantua previniendo con esto al enemigo para hazerle frente con menos dificultad por más que desembarazado de las dos plazas de Nissa y Verruá, que quedavan ya en su poder, amenazava el inundar la Italia con su gente para sacar de allí al general alemán, que tanto le avía molestado.
No cessó el 21 la aplicación de nuestra gente del empeño en que el antecedente avía entrado passando adelante en la demolución de las obras, que el enemigo tenía echas contra la Redondela, como también en tapar las dos minas que quedavan comenzadas, siendo su profundidad y vazío de unos 40 passos con poca diferencia, en que trabajaron los ingleses con tanta actividad, que el día 22 concluyeron aquel porfiado trabajo.
Las dos fragatas inglesas, que durante el sitio avían assistido en el Muelle Nuevo para su custodia y resguardo, marcharon oy para las costas de España a executar lo que se les tenía mandado en orden a ciertas diligencias de monta que a la sazón ocurrían para el adelantamiento de las cosas del rey nuestro señor en el continente.