Capítulo 12
Llegan avisos de ocupar el estrecho el de Pointí con su esquadra. Detienen al inglés las calmas en las costas de África. Trabaxa el enemigo en perfizionar la línea cerca la Redondela.
Fortifican sitiadores sus ataques con duplicadas estacas. Atienden los sitiados a sus reparos. Confirmación de estar en camino nuestro socorro. Noticias por un desertor que nos vino.
Avisos por un bergantín español. que apresamos, y de otros desertores, que nos entraron. El continuo fuego del enemigo destruye nuestras baterías. Acércasenos con la zapa a la contraescarpa y Redondela. Éntranos parte del socorro con otros susessos.
Primo
Llegan avisos de ocupar el de Pointí el estrecho.
Hízosenos ya del todo sospechoso el día 15 por el silencio que se observava en el enemigo cuyo trabaxo se reduxo por aquel tiempo a assegurar con diferentes estacadas el accesso de sus baterías, de que infirieron muchos de los sitiados que su designio tirava a conquistar aquella plaza, más que con assaltos, en la continuada y prolixa estrechez con que de cada día la iva apretando.
Un corsario olandés, que se retiró a nuestra baya después de averle perseguido mucho tiempo la esquadra de los enemigos, confirmó la noticia de tener ya ocupado el estrecho el de Pointí.
Creiose, y con bastante fundamento, que las calmas todavía tenían al vicealmirante Leack en las costas de África, y en efecto se supo que se avía arrimado este general al río de Tetuán, en que últimamente dió fondo para esperar el tiempo.
Por la noche trabaxó incessantemente el enemigo en perfizionar la línea, que cerca de la Redondela días antes avía tirado, disparando a este fin hasta veinte y quatro bombas, que enderezó a la contraescarpa para molestar con esto a la guarnizión que allí teníamos apostada.
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Fortifican sitiadores sus ataques con duplicadas estacas. Atienden sitiados a sus reparos. Confirmación de estar en camino nuestro socorro. Noticias por un desertor que nos vino.
Continuava el enemigo el adelantamiento de su trabaxo a toda costa zerrando con duplicadas estacadas su batería, cuyo fuego no fué este día tan grande como avía sido días atrás.
Los sitiados quedavan este día en perfizionar sus defensas y el príncipe en continuar sus órdenes precisos para la seguridad.
Bolvió la tartana, que se avía despachado con cartas al Faro, y por ella supimos la certeza de que el socorro estava ya en camino.
Este día se tuvo la fortuna de coger a un andaluz cerca de la Puerta de Tierra, que dixo que el enemigo patrocinado de algunos de dentro de la plaza, estava con ánimo de dar un avanze general por mar y tierra a las 3 de la mañana, seguro de encontrar en una de las dos partes poca o ninguna resistencia, para cuyo efecto solo esperava la respuesta de una carta. El príncipe, oídas estas razones, mandó guarnezer los puestos lo mexor y más fuertamente que pudo con cabos de su mayor confianza, de calidad, que si se huviese atrevido a avazar nuestro competidor no hay duda que se le huviera dado bien que merezer. El fuego de una y otra parte fué muy grande. Reparose que las trincheras del enemigo eran llenas de gente, lo que dió motivo a nuestro príncipe comandante para echar un bando, en que se ofrezía dar a qualquiera de los soldados que se hallare o savidor en la traición, que se sospechava, descubriéndola a más de la seguridad de su vida cien doblones de contado.
No éramos ya nosotros solos los que padezíamos falta de bombas, porque igualmente los enemigos la sentían, como lo echamos de ver la noche deste día, en que solo se nos dispararon doze de sus a[p]roches.
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Avisos por un bergantín español que apresamos y de otros desertores que nos entraron.
Todavía la luz no dava muestras de amanezer, ni el día aún se assomava, quando al 17 un un [sic] bergantín español se atrevió a entrar dentro de la baya con el designio de passar con su cargo de vino y aguardiente al río que cerca del campo enemigo desaguava, bien que descubierto por nuestras lanchas, le acometieron a poco rato sin ninguna oposición. Truxéronle al muelle de la plaza, cuyo patrón puesto delante su governador le dió cuenta de su viage. Díxole como avía salido de Cádiz à tiempo que ya la esquadra enemiga avía zarpado de aquel puerto el número de quinze navíos de línea, dos fragatas y quatro brulotes en busca de la esquadra inglesa y olandesa.
Entráronse en la plaza este día dos desertores, quiénes dixeron estavan muy maltratadas las baterías de nuestro contrario, y que por el continuado fuego que le hazíamos quedava notablemente minorado en gente, de calidad que de quareinta piezas que tenía al principiar el sitio avía muy pocas aptas para servir, bien que no bastó esto para reprimir su porfía, porque este proprio día a vista de que no podía cogernos por engaño, bolvió a hazer jugar el cañón con todo esfuerzo adelantando al mismo tiempo sus trincheras no obstante la mucha oposición que le hazíamos con el continuo disparo de nuestras baterías, a que correspondió este día con catorze bombas.
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El continuo fuego del enemigo destruye nuestras baterías. Acércasenos con la zapa a la Redondela y contraescarpa. Éntranos parte del socorro.
Avivavase de cada día más y más el fuego con que los contrarios nos ofendían. El 18 procuraron derribarnos las baterías, que teníamos construidas sobre las brechas del bastión, y cortinas. Trabaxó assimismo en acercársenos más con sus ataques a la contraescarpa, en que le hizo notable daño el fuego de nuestra mosquetería.
Esta tarde montaron la trinchera cinco banderas francesas, de que nos avisó un desertor que se passó este día a la plaza dando cuenta de los grandes desabrimientos y contrastes que passavan actualmente en el campo entre los cabos de una y otra nación. Dixo también como la mayor parte de su cavallería quedava del todo maltratada, que los navíos que avían entrado en la baya eran parte de los que componía la esquadra inglesa, que poco antes se avía hecho a la vela.
Dormimos esta noche con toda quietud por quanto no nos disparó el enemigo bomba alguna, quizás preocupado con la noticia que nos truxo el Antelope vaxel de guerra, que con otros ocho más de transporte llegó este día felizmente a nuestra baya con parte del socorro que tanto tiempo haze esperávamos. Supimos por este camino como el de Pointí estava apostado en el estrecho con una fuerte y numerosa esquadra para impedir totalmente el passo a la nuestra, caso que se arrestara a socorrernos. Dixeron también que al passar a su vista avían los enemigos puesto bandera inglesa.