Capítulo 43

Éntranos un socorro de gente por el mar. Surtidas de paisanos y fusileros. Pertréchase un baluarte con 3 morteros, que ofenden a su contrario. Recorre su magestad la muralla. Disposición para el alimento de los soldados. Prosigue el enemigo sus líneas.

Salida acertada de nuestros soldados. Vehemente fuego de nuestras baterías. Reglamento en exponer el santíssimo durante el sitio.

Vehemente fuego de sitiados y sitiadores. Éntrannos provisiones por el mar. Arrojo de paysanos. Noticia de recuperarse obediencias en el país.

Forman nuevas baterías sitiados y sitiadores. Tómanle al enemigo paisanos algunos despojos con otros susessos.

Primo

Éntranos un socorro de gente por el mar.

Entraron en el muelle con diferentes barquillas al amanezer del día 6 los generales milord Dunegal y Santaman con los cabos ingleses y olandeses, y el resto de las tropas que quedaron en Arenys de las que venían de Gerona.

Tomaron por la tarde los paysanos algunos carros del enemigo cerca de sus quarteles sin alguna oposición.

Un navío de la esquadra del francés a las 5 de la tarde hizo llamada, y luego disparó la capitana y todos los demás navíos de aquella la artillería tres vezes con motivo de que el duque de Anjou se acercó a la marina.

En el Baluarte de San Antonio se pusieron tres morteros para incomodar con bombas al enemigo, y impedirle los trabaxos de las líneas, que formava des de Santa Madrona a Monjuich.

Passeó su magestad esta tarde con la solita comitiva toda la muralla, infundiendo su real presencia a todos los que la coronavan un summo valor, y subiendo después a reconozer el estado en que se hallavan las obras de defensa de Monjuich, transitó a la buelta por dentro de la ciudad. Desertaron del campo enemigo tres soldados, que vinieron a nuestra plaza.

El cavildo de la santa iglesia, comunidades ecclesiásticas, ciudad, Deputación, brazo militar y muchos particulares contribuyeron todos los días que duró el sitio en el gasto de las ollas que se hazían para el alimento de los soldados, sometenes y migueletes, entre los quales se distribuhían passadas de 3.000 raciones diariamente, que bastava cada una para la manutención y sustento de qualquier persona, extendiéndose después este acto caritativo al hospital de los soldados heridos y enfermos con otras ollas en que se les hazían aparte sus caldos, corriendo esta incumbencia por la conducta de algunos clérigos y la del trabaxo de guisarlas, por la aplicación de las hermanas del convento de Nuestra Señora de Misericordia, que con grande fervor se dedicaron en tan piadoso exerzicio.

Los fusileros de don Antonio Desvalls, del coronel Bach y de Rau a las quatro de la tarde del día siete embistieron las líneas del enemigo, y aviendo logrado con singular valor la felizidad de hazérselas desamparar mucha parte de ellas, poniéndoles en confusión, las huvieron de dexar después de un rato sin pérdida de consideración, porque el socorro que iva para sostenerles no pudo llegar a tiempo por haver cargado el enemigo con muchas tropas para su recobro.

Puso nuestro adversario una batería de 5 morteros en la casa de María la Pastelera, que está más arriba del convento de Santa Madrona entre la línea de comunicación y aquel convento a igual distancia para arrojar bombas al fuerte de Monjuich, y incomodar nuestros gastadores en los trabajos que adelantavan en aquel fuerte.

Los sometenes que se hallavan en San Gerónimo y Collcerola baxaron a las siete de la noche al quartel enemigo de Sarriá y embistiéndole con singular denuevo después de aver muerto a muchos franceses, les quemaron algunas tiendas.

Miráronse muy adelantadas las líneas enemigas el día 8 azia Monjuich por la parte de la lengua de sierpe, y la mencionada batería de cinco morteros, con que empezó a arrojar bombas y granadas reales al mismo fuerte, si bien con muy poco daño de los nuestros, experimentándole el enemigo mucho más de nuestra artillería.

Entraron a la plaza dos desertores criados del conde de Frigiliana, assegurando que en el campo enemigo se padezían algunas incomodidades de víveres, respecto de faltarles la assistencia del país: lo mismo confirmaron los desertores, que llegaron poco después.

Entre la línea de comunicación y convento de Santa Madrona, empezaron los sitiados un fuerte, tirando una línea baxo aquella, para impedir la que el enemigo avía comenzado con designio de apoderarse de ella, y a vista de la oposición que se le hizo la dexó.

Salida acertada de nuestros soldados. Vehemente fuego de nuestras baterías. Reglamento en exponer el santíssimo durante el sitio.

El capitán Galopo a las 3 de la tarde del día nueve con quinientos granaderos escogidos de todos los regimientos de la guarnizión, y assistido de algunos fusileros catalanes, que mandavan don Antonio Desvalls, el coronel Bach, el coronel don Joseph Mas de Roda, y Rau, embistieron las líneas enemigas que se dirigían de Santa Madrona a Monjuich, con tal valor y ardimiento, que les precisaron a dexarlas, pero aviéndole socorrido un considerable refresco de tropas, y puesto en arma todo el campo, pudieron recuperarlas aunque con mucha pérdida de muertos, heridos y prisioneros.

Nuestra artillería de Monjuich, Puerta de San Antonio y de los demás baluartes jugó incessantemente, logrando muy bien los tiros, arrojando assimismo de Monjuich con tres morteros piedras a los avanzes del enemigo, y se reparó que algunas balas mataron muchos cavallos de los que sean se hallavan en la Cruz Cubierta.

Previno la gran christiandad del rey nuestro señor al vicario general del obispo entre otras cosas, que todos los días estuviesse el santíssimo patente en dos iglesias de la ciudad, y que en todas las funcciones de avanzes del enemigo o surtidas de los nuestros, en la cathedral y demás iglesia, lo que se executó con mucha edificación del pueblo.

Vehemente juego de sitiados y sitiadores. Éntrannos provisiones por el mar. Arrojo de paisanos. Noticias de recuperarse obediencias en el país.

Disparó toda esta noche nuestra mosquetería del fuerte de Monjuich, echando a su compás los morteros un diluvio de piedras a los trabaxos del enemigo, y assí adelantaron muy poco los gastadores sus obras, y al amanezer continuó el fuego la artillería hasta las ocho de la mañana un disparo continuo.

Resentido el enemigo de los acertados tiros que hizieron contra él nuestras baterías el día 9, quiso vengarse al 10 del mal que causaron en los suyos, disparando una multitud de bombas y granadas reales, con pérdida solo de dos soldados de los nuestros, y fué mucho mayor el daño que recivió de la artillería de la plaza y de las bombas que se le arrojaron del Bastión de San Pablo, como lo manifestaron los cuerpos que se vieron tendidos por el suelo de los suyos.

Entraron a nuestro muelle las fragatas de Mataró, Sitges y Vilanova con diferentes géneros de provisiones para el sustento de la plaza. Reciviose aviso de Villafranca del Panadés de que el día 5 se encaminaron de Esparaguera [sic] 70 cavallos con partida de sometenes a recuperar la obediencia de aquella villa y sus dependencias donde hallaron 55 carros del enemigo, y que el conde de Cifuentes avía echo algún destacamento de sus tropas para reforzar algunos passos, por donde nuestro contrario podía embarazar los socorros que nos venían de Valencia y impedir los suyos que por aquella parte podían entrarle, encaminándose el mencionado conde, con su gente, siguiéndola la del coronel don Joseph de Peguera del Gra a la montaña de San Gerónimo y San Cugat para unirse con toda la gente del país, y 300 cavallos del regimiento de Monras, que ya se hallavan en aquel parage.

Salió su magestad con todo el acostumbrado acompañamiento a reconozer el campo enemigo, recorriendo la muralla siendo de particular aliento para los soldados y paisanos aquel exerzicio, que casi todos los días executava.

A las quatro de la tarde los de la montaña tocaron arma al enemigo, embistiéndole por la parte de Sarriá, pero como luego su cavallería, que tenía apostada en aquel parage, y en el convento de Nuestra Señora de Gracia, se incorporó comboyando la infantería, que iva a mudar la guardia de los ataques de Monjuich, fueron precisados los nuestros a retirarse sin recivir algún daño. Toda aquella noche dispararon del castillo los morteros considerable porción de piedras y muchos tiros de mosquetería para estorvar sus trabajos, continuándolo al amanezer, al compás de la artillería que sin cessar assí del castillo, como de la plaza a quantos podía descubrir en sus líneas, y ataques, disparava todos los días haziéndoles considerable daño.

Quareinta paisanos de los que estavan en la montaña deseosos de entrar en la plaza rompieron por el quartel que tenían los sitiadores en la parte de Gracia, y lograron este arrojo felizmente, de cuyo valor se aturdieron los mismos enemigos, lo que supimos por dos desertores, que nos vinieron de aquel quartel subsiguientemente.

4

Forman nuevas baterías sitiados y sitiadores. Tómanle al enemigo algunos despojos los paysanos.

Aplicáronse los sitiados el día 11 en formar algunas baterías des de la Puerta de San Antonio hasta las Atarazanas, que fueron de mucha importancia por el daño que hazían al enemigo, que también plantó una nueva sobre el convento de Santa Madrona para disparar a la plaza, arrojando al mismo tiempo muchas bombas a Monjuich con los morteros, que tenía en casa María la Pastelera si bien no hizieron daño de consideración.

Fueron los paisanos junto a los quarteles de Gracia, y en medio de mucho fuego tomaron no pocos despojos, haziendo prisioneros a dos franceses, que dixeron que en el arma que les tocaron el día antecedente los nuestros de la montaña avían muerto a su capitán y quatro soldados. Desertaron tres alemanes del campo, que montados en sus cavallos entraron en la plaza.

La ciudad, Deputación y brazo militar expendieron grandes summas de dinero en gastadores, para trabaxar en todas las obras de defensa, tanto en Monjuich, como en las cortaduras, que se hizieron durante el sitio.


< Capítol 42 / Capítol 44 >