Capítulo 26

La porfía de las lluvias y viento prívanos las noticias de la flota. El fuerte disparo de nuestro cañón destruye notablemente las trincheras. Noticias por desertores. Éntrannos navíos con 100 cañones no siendo poco el disparo del enemigo con los suyos.

Viénenos un tránsfuga por camino sospechoso. Salida de la plaza. Muere nuestro ingeniero de una bala.

Descúbrense tres navíos de la flota. Envía el de Tessé a pedir al principe la lista de los prisioneros. Juega terriblamente nuestra artillería, y poco la de los de afuera.

Témplase el tiempo. Éntrannos algunos navíos con gente de socorro. Mutuo el disparo en destruir las obras, que por una y otra parte se avían trabaxado. Expe[c]ificación de los vaxeles, que se apresaron al enemigo.

La porfía de las lluvias y viento nos priva las noticias de la flota.

La continua lluvia y viento no dá lugar a nuestra vista para descubrir al 26 la flota, ni menos lograr alguna noticia de élla. Nuestra artillería jugó con toda la satisfacción que es decible, quedando de su disparo bien maltratadas las trincheras, de que solo el enemigo nos arrojó como unas 25 bombas este día.

Vinieron cinco desertores, que entre otras muchas cosas, ponderaron la notable falta de pan que avía en el campo de los sitiadores, quienes por la carestía de pólvora que padezían, no podían echar bombas en adelante como avían echo hasta allí sobre haverles llegado dos mil y quinientos barriles de ella días atrás, tanta era la que consumieron con el continuo disparo.

Túvonos en la misma suspensión el siguiente día la malicia del tiempo, bien que no obstante tres navíos de setenta piezas, nombrados Kent, Águila y Nortfurt, llegaron de Inglaterra con cien cañones para el presidio.

De una y otra parte trabajó el cañón incessantemente. En la plaza, de una media bala enemiga murió el ayudante del principe capitán Nugen. Dispararon los de afuera este día unas veinte bombas, sin ocasionar daño particular. Súpose en la ciudad por dos desertores, que vinieron este día, que los sitiadores lograron alguna porción de pólvora que les llegó de Málaga, donde los navíos franceses, por orden del mariscal de Tessé, desembarcaron los pertrechos para que des de allí se transportasen a su campo.

Viénenos un tránsfuga por camino sospechoso. Salida de la plaza. Muere nuestro ingeniero de una bala.

Un desertor vino a la plaza el día 28 abriéndose camino por el áspero del monte, en cuya atención mandó el príncipe reconozerle con cuydado. Y hallaron una soga y escala de cuerda, que en cierto puesto fazilitava el accesso, y assí se dió providencia a que en adelante no pudieran por aquel medio lograrle los enemigos, en cuyas trincheras tubimos la suerte de desmontar oy una pieza de su primer batería, por más que se esmeró en hazernos con ella muy buen fuego su cuydado.

Treze de nuestros soldados salieron de la estacada y mataron algunos franceses en los ataques de que se llevaron presos a un sargento y a un soldado de sus dragones.

Diez bombas se nos arrojaron esta noche: pequeño fuego respecto al que se avía echo hasta allí, y para el que se nos hizo en lo susessivo. El del día 29 fué notable cuydando poco los sitiadores del reparo de sus líneas, que lo necessitavan bastantemente.

Sobre la gran batería de la plaza murió este día el ingeniero Mr. de la Mote de un cañonazo, que le quitó la cabeza en ocasión que estava a muy pocos passos del príncipe comandante, que a la sazón estava dando algunas providencias conduzientes a la urgencia del tiempo.

Descúbrense tres navíos de la flota. Envía el de Tessé a pedir al príncipe la lista de los prisioneros. Juega terriblemente la artillería de los de la plaza, y poco la de los de afuera.

Todavía soplava el poniente con el tessón que hasta allí, y assí no fué mucho si no tuvimos en tantos días la fortuna de lograr la dicha de ver dentro la bahía la numerosa flota que venía en nuestro favor, de calidad que este día solo pudimos descubrir que tres navíos hazían fuerza para tomar la bahía.

El mariscal de Tessé envío oy al príncipe un atambor pidiéndole la lista de los oficiales que quedavan prisioneros de la esquadra del de Pointí, a que satisfizo mandándole decir se la enviaría apenas llegara la armada a aquella bahía, que impaziente esperava.

Jugó la artillería con un indecible furor, como acostumbrava, observando los sitiados en el disparo de la enemiga que ya le faltavan algunas piezas en su principal batería.

Llovió el 31 con que no tiró mucho ni la plaza ni el enemigo, solo con seis cañones asestava el cuydado de sus botafuegos a la batería que teníamos sobre el castillo por lo mucho que le molestava con sus tiros.

Por un desertor se supo corría voz en el campo de que los franceses marcharían luego a las partes de Portugal aviendo muchos de ellos pagado con la vida sobre aquel sitio el diezmo a que todos los mortales están sugetos, que todos los oficiales de los granaderos quedavan por la mayor parte o muertos o heridos.

Las lanchas de nuestros navíos apresaron dos barcos que passavan con socorro al campo del enemigo, cuyas bombas fueron 16 las que oy nos disparó.

En razón de avérsenos acabado en la plaza el almagazén que se tenía echo de balas, mandó el príncipe a los soldados fuessen en busca de las que el enemigo nos avía hasta allí disparado, prometiéndoles para que entrasen en esto de mexor gana un real de a ocho por cada dozena de ellas que truxesen, como pasassen de 18 libras de calibre y no excediessen del peso de quareinta, con que dentro pocas horas recogieron hasta unas 6.000, de que por entonces quedó satisfecho el príncipe.

Témplase el viento. Éntrannos algunos navíos con gente del socorro. Mutuo el disparo en destruir las obras que por una y otra parte se avían trabaxado. Expecificación de los vaxeles que se le apresaron al enemigo.

Templose algo el tiempo, mitigando el ayre su furia al primero de abril, con que hasta allí avía soplado, de calidad que pudieron entrar otros tres navíos del vicealmirante Leack, con un socorro de 400 hombres entre ingleses y olandeses.

No obstante que trabajava el cañón de entrambas partes en ofender mutuamente las obras de reparos, que unos y otros hasta allí avían echo, repararon los sitiados en que los sitiadores procuravan sacar las piezas de su primer batería, que eran inútiles. Sus bombas no passaron de 24. Otro navío del vicealmirante Leack nos entró el día 2 con una presa que se le avía echo al de Pointí.

Reciviose la especificación este día de los vaxeles franceses que en el choque avían sido o quemados o cogidos por los nuestros, cuya lista es la que aquí se pone.

Nombres de navíos / Capitanes / Hombres / Piezas

La Lis / Mr. de Pointí / 600 / 70

El Magnánimo / Mr. Lotier /600 /84

El Arrogante / Mr. de Torvión / 300 / 56

El Marqués / Mr. de Pontac / 350 / 58

El Ardiente / Mr. Pantolet / 400 / 64

Suma: 2.250 hombres / 338 piezas

De estos navíos la Lis i el Magnánimo, que son los dos primeros, se bolaron entre Estapona y Marbella; el Arrogante fué preso por el inglés, el Ardiente, el Marqués y el Arrogante fueron abordados y rendidos por los olandeses, en cuyas manos quedaron después de un sangriento choque.

Súpose también cómo nuestra flota avía quemado otro navío francés de 30 piezas en la altura de Málaga, con que se alborozaron mucho los sitiados, y en efecto en prueva del nuevo regosijo con que se hallavan, hizieron los últimos esfuerzos en arruynar los trabaxos de los sitiadores, a cuyo fin colocaron otras dos piezas de 36 libras de calibre en la batería que tenían puesta sobre la entrada del Muelle Viejo.

Como todavía quedava el enemigo ocupado en desembarazar su primera batería de los tablones y maderamen de las plataformas, solo logró el disparo de algunos pocos tiros, que interpoló con el de 20 bombas, que aquella noche dispararon sus morteros.


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