Capítulo 35

Declaración de milord Peterboroug a los catalanes. Fortifícase nuestra gente en lo ganado, de cuyas obras dispara fuertamente a las interiores del castillo. Prevenciones para la vigorosa expugnación de la plaza.

Passa la gente del país a ocupar Santa Madrona. Continuo acarreo de faxinas, estacas, tablones y pertrechos. Expide su magestad edictos generales por el Principado llamando nuevamente un medio sometén general.

Disparan con gran fervor los ingleses al castillo con una batería de cañones y morteros. Ocupan los del país la línea de comunicación por algún tiempo. Hechan bombas las balandras a la ciudad, y los de la montaña al castillo, pegando fuego una al almazén de aquel. Assáltanle los nuestros y lo dominan. Ríndese la torre del cabo del río a unas fragatas nuestras.

Abertura de ataques contra la plaza. Passa el rey su real morada a la Torre de Lladó, y estableze una junta de la nobleza catalana. Acarrean los naturales todo lo que se les manda en la expugnación.

Declaración de milord Peterboroug a los catalanes.

Insiguiendo milord conde de Peterboroug los órdenes que tenía prescritos de su ama la reyna de la Gran Bretaña hizo una declaración a los catalanes, que firmada de su mano hizo estender por todo el Principado, cuya copia es la que legítimamente viene descrita.

A todos los fieles súbditos de la monarquía de España, y singularmente de este Principado de qualquiera estado y condición, que sean assí ecclesiásticos como seculares, salud.

Haviendo sido voluntad de nuestra suprema señora Ana por la gracia de Dios reyna de la Gran Bretaña[,] de Francia, Irlanda etc de establezer y declararnos general de las tropas que su magestad tiene unidamente con las de los señores Estados Generales a favor del justo derecho de la augusta Casa de Austria sobre la monarquía de España y para socorrer todos los otros aliados, hemos tenido por conveniente y necessario de declarar por la presente que no emos venido a estos parages para tomar posessión de alguna plaza en nombre de su magestad bretánica o de los señores Estados Generales, ni para introduzir la ruina al público y los desórdenes que suele llevar en sí la guerra, antes bien más presto para defender y tomar a nuestra protección a los buenos y fieles vassallos de la dicha monarquía, y para librarles del yugo insuportable del govierno estrangero, baxo el qual se hallan, y de la esclavitud en que son vendidos de la Francia, según an visto y experimentan. Y assí ya que la intención de la dicha magestad y de los señores Estados Generales es mantener el justo derecho de la Casa de Austria, como también los privilegios y libertades de los súbditos de su magestad cathólica, nosotros declaramos y prometemos que todos los fieles y verdaderos españoles, que sin oposición a nuestras fuerzas darán señas de su fidelidad y summissión a su rey Carlos 3º, serán mantenidos y defendidos en su religión sus personas, bienes, libertad y previlegios y sin la más mínima molestia, y por si contra toda esta atención los habitantes y pueblos de este Principado se opusieren a la execución de lo que se les previene ser contra la intención de la dicha magestad y señores Estados Generales, nosotros declaramos, protestando a Dios, que los españoles serán ellos mismos la causa de todas las hostilidades que las tropas que están baxo nuestro mando cometerán, y todo el mal será atribuido a ellos, en caso que en esta ocasión no cumplan con su dever, dexando passar una coyuntura tan favorable a su libertad, quietud y tranquilidad sin aprovecharse de ella. Dada en el campo de Barcelona a 16 de setiembre de 1705.

Peterboroug

Fortificada nuestra gente el 17 en aquel puesto, empezaron a batir con las dos piezas, que allí dexó el enemigo, las obras interiores y castillo de Monjuich haziendo acertados tiros nuestros botafuegos, y fuertes estragos y ruinas a los edificios de la ciudad las muchas bombas que arrojaron por la noche las balandras.

El vicealmirante de la esquadra olandesa Mr de Fagel hizo desembarcar de sus navíos 225 artilleros, 20 carpi[n]teros y gente a proporción para el manexo de la artillería, y 500 soldados a efecto de reforzar las tropas y remplazar y suplir la falta de cerca de 300 hombres, que nos quedaron prisioneros con algunos oficiales de los ingleses, olandeses y españoles del regimiento del general de batalla don Juan de Ahumada y Cárdenas en el avanze de Monjuich. No es ponderable el gozo que infundió en el ánimo de milord Peterboroug el aver conseguido aquella ventaja, que tanto conduzía para lograr la rendición de la plaza, assí que sin pérdida de tiempo mandó transportar por mar la artillería, que de días atrás se hallava montada en nuestro campo, para disponer con toda prestesa las baterías a efecto de operar en brecha contra la muralla de aquella parte y reduzir igualmente el castillo de Monjuich con el fuego y assaltos al devido dominio de su magestad quanto antes.

Passa la gente del país a ocupar Santa Madrona, continuo acarreo de faxinas, estacas y pertrechos. Expide su magestad edictos generales por el Principado, llamando nuevamente un medio sometén general.

La mayor parte de la gente del país fué comandada a ocupar el convento de Santa Madrona a efecto de contener al enemigo por toda la circunvalación de la montaña, y impedir la comunicación de la plaza con el castillo.

Aunque los pueblos destinados al transporte de faxinas, estacas, tablones y demás aderentes, que se ofrezían para la formal expugnación de la ciudad, no cessavan en esta incumbencia, no considerándose bastantes para tanto consumo, suplieron las mulas de la real cavalleriza de su magestad que mandó trabaxasen a esta conducción tan importante.

Expidió su magestad edictos por el Principado en que se le mandava a los pueblos, nobleza y demás personas de distinción assí ecclesiásticas como seculares, que no avían todavía dado la devida obediencia y vasallaxe, lo executasen puntualmente, coadjuvando igualmente con las fuerzas que les permitiere la possibilidad a tan gloriosa empresa como pareze de la copia que viene notada aquí.

DON CARLOS por la gracia de Dios, rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdova, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algezira, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orientales y Occidentales, islas y tierra firme del mar Occéano, archiduque de Austria, duque de Borgoña, de Bravante y Milán, conde de Abspurg, de Flandes, Tirol y Barcelona, señor de Viscaya y de Molina, etc.

Hazemos saber a todos nuestros vassallos del Principado de Cataluña de qualquier estado y condición que sean, assí ecclesiásticos como seculares, que después de estar reconozido y tratado como legítimo rey de todos los dominios de España por la mayor parte de los reyes, príncipes y soberanos de la Europa, hemos venido embarcados con la poderosa flota y un proporcionado número de tropas de nuestros aliados a este Principado para tomar posessión de él, perteneziéndonos su dominio por irrefregables derechos, conforme a las leyes fundamentales de la monarquía de España juntos sus reynos en Cortes el año 1619, y a los tratados testamentos de los señores reyes nuestros predecessores don Felipe Tercero y don Felipe Quarto de gloriosa memoria, y a los dos testamentos solemnes que se estipularon con la Francia fundados en las renuncias de las dos sereníssimas infantas (después reynas de Francia) doña Ana Mauricia y doña María Theresa mis señoras y tías, con exclusión de los referidos reynos y estados de toda la susessión y descendencia, assí masculina como femenina de ambos matrimonios, confirmadas con la religión de los juramentos en la Paz de los Pirineos y aprobadas por la santidad de Alexandro séptimo, en virtud de las quales tenemos adquirido indubitable derecho a la íntegra susessión de dicha corona incapaz de ser alterada en perjuizio nuestro por ningún testamento, aun quando fuese echo con plena libertad y sin que interviniesse la violencia y engaño, como es manifiesto al mundo aver concurrido uno y otro en el que últimamente hizieron firmar al piadosíssimo rey don Carlos Segundo mi señor y mi tío (que está en gloria), según abiertamente declaró él mismo a su confesor el padre Fray Nicolás de Torres, siendo iniqua y expressamente contra el tenor de la ley la interpretación que se le dió en el referido testamento, de que las capitulaciones y renuncias solo miraron a evitar la unión de entrambas coronas, y que assí no excluían los segundos y terceros génitos, pues la cláusula tercera de la renuncia y exclusión echa por la sereníssima señora infanta doña María Theresa dice: “En razón de la igualdad y conveniencia que se pretende, y otras justas razones, se assienta por pacto convencional que sus magestades, quieren tenga fuerza y vigor de ley establezida a favor de sus reynos y de la causa pública de ellos, que la sereníssima infanta doña María Theresa y los hijos que tuviere varones y hembras, y los descendientes de ellos y ellas, assí primogénitos como segundos, terceros y quarto génitos, y de allí adelante en qualquier grado, que se hallen para siempre jamás, no puedan suseder ni susedan en los reynos, estados y señoríos de su magestad cathólica etc.” Y aunque no hablase con tan expressivos términos la ley, bastava solo la exclusión de las hembras para arguir de injusta etc tirana la mencionada interpretación, que siendo estas incapazes por la ley sálica de suseder en la corona de Francia, cessava en ellas el peligro de que pudiessen nunca unirse ambas coronas, que por esso declara aver sido la igualdad de ambas coronas, y el bien público de ellas y de la christiandad toda, el motivo de dicha Ley Real, y exclusión de toda aquella descendencia.

Pero también nos movimos a esta empresa y exponer la vida a tantos y tan conozidos riesgos en la mar y en la tierra por el fin de libertar a nuestros finos y amados vassallos de la esclavitud en que los ha puesto el tiránico govierno de la Francia, después de averlos precisado a admitir y jurar por rey al intruso duque de Anjou, excluido de la susessión por las mismas leyes que él juró guardar quando entró a usurpar el reyno. Pues es notorio en la Europa el abatimiento en que se halla una nación tan gloriosa tratada indecorosamente la mayor nobleza, y alterado todo el orden de la milicia tantas vezes vitoriosa de la misma Francia, y esto por sus más crueles y perpetuos enemigos, cuyas líneas se ven descubiertamente encaminadas a reduzir los dominios de España a provincia suya.

Y considerándose que la fuerza y la astucia en la constitución en que se hallava entonces España fueron el origen de aver admitido y jurado al intruso duque de Anjou, y de faltar a la obediencia a su legítimo rey, declaramos solemnemente por este acto de amnestía y perdón general, que perdonamos a todos nuestros vassallos el crimen de lesa magestad y felonía que cometieron reciviendo y jurando por su rey al duque de Anjou, más con la condición de que luego, y sin omissión ni tardanza alguna, vengan a este campo a reconozernos por su legítimo rey y señor natural, como esperamos lo executen ahora que hallan prontas en su socorro nuestras armas y de los aliados, y su poderosa flota en estos mares, sin que les quede color ni pretexto alguno a la disculpa. Por lo que amonestamos a todas las ciudades, villas y lugares, a todos los que componen los brazos ecclesiástico, militar y real de este Principado, y generalmente a todos los ministros de Justicia, vengan y concurran a sacudirse vigorosamente el infame yugo que les impuso la violencia, no solo contra la justicia, sí también contra la libertad, honrra y de sus privilegios, que por la mayor parte ya quedan derogados y extintos en el Principado, haziendo reflexión que no solamente se hallan libres del juramento echo al duque de Anjou por averle causado la fuerza y el arte, sino que aviendo sido contra la indisputable justificación de nuestro derecho por tantos títulos anteriores adquirido, fuera nueva y más fea culpa de la conciencia intentar cumplirle y guardar feé al usurpador contra el dueño verdadero, y no menos fuera mancha de la nación catalana pudiendo en ocasión tan oportuna con la seguridad y sombra de nuestras armas y de los aliados, recuperar su antiguo lustre y passar des de la servidumbre a la suave dominación, que los ha tratado siempre más como a hijos que como a vassallos. Que nosotros prometemos baxo nuestra fee y real palabra guardar todos los privilegios, fueros, usos y exemciones que gozavan en tiempo de los reyes nuestros predecessores, y debaxo de la misma fee y palabra, ofrezemos premiar y favorecer a los que se señalaren en tan digno y devido assumpto.

Pero si contra lo que esperamos de la lealtad y honrra de nuestros vassallos huviere algunos que obstinados ciegamente en seguir y mantener el partido del usurpador, y de la libertad del Principado intentaren la resistencia a nuestras armas y de los aliados, y perturbasen a los fieles y leales a nuestra augusta casa, los declaramos por enemigos de la patria y rebeldes a su rey, y como tales serán castigados con las penas establezidas por las leyes contra los delinquentes de alta traición in primo capite, y serán responzables a Dios de las muertes y estragos que ocasionare su rebeldía. Dado en el campo de Barcelona a 17 de septiembre de 1705.

Yo el rey

Por mandado del rey nuestro señor, Enrrique de Günter

3

Disparan con gran fervor los ingleses al castillo con una batería de cañones y morteros. Ocupan los del país la línea de comunicación por algún tiempo. Hechan bombas las balandras a la ciudad, y los de la montaña al castillo, pegando fuego una al almazén de aquel. Assáltanle los nuestros y le dominan. Ríndese la guarnizión del cabo del río a unas fragatas nuestras.

Con el conato de nuestros gastadores quedó perfizionada la batería que se le plantó en aquellas obras de artillería y morteros, y assí este día la assestaron contra el castillo nuestros botafuegos, que hizieron notable daño a los de su guarnizión.

La gente del país, que se hallava en Santa Madrona, deseosa de entrar en funcción para mostrar su ardimiento, embistió con tanta furia la línea de comunicación que discurre del castillo de Monjuich a la plaza, que después de una larga resistencia de los enemigos que la guarnezían, la ocuparon con el abandono de aquellos por no poder resistir al grande fuego que les hazían. Lograda esta ventaja por nuestros paisanos, se adelantaron más a la montaña por la parte de las Atarazanas hasta llegar en la heremita de San Bertrán, donde encontrando unos cañones y municiones, les dispararon contra la plaza muchas vezes. Pero aviendo el governador del castillo en la obscuridad de la noche podido introducir por medio de un paysano una carta en que escrivía al comandante su intento de desalojar aquella gente de aquel puesto assistiéndole con las proporcionadas tropas de las de la plaza, y conformándose el Velasco con su dictamen, dispuso este comandante un buen número de gente, que saliendo de la ciudad a tiempo que el governador del castillo estava con su guarnizión, que imbistiendo estos por una parte y los de la ciudad por la otra, después de una vigorosa defensa que hizieron los paysanos, les fué preciso abandonar aquel puesto, por no haverles socorrido nuestras tropas, y cargar el enemigo con muchas de la plaza.

Las balandras de nuestra flota se acercaron algo más por la parte de las Atarazanas, y echando a las diez de la noche unas 300 bombas poco más a la ciudad, hizieron muchos estragos y ruinas en sus casas, de manera que fueron mucho más que los de la noche passada.

Continuavan su disparo el diez y siete nuestros cañones de la batería de las obras exteriores de Monjuich con todo vigor, y los morteros no cessavan en arrojar bombas a su castillo, y fué tan acertado y dichoso el que un bombardero executó, que encontrando la bomba con 60 barriles de pólvora en el almagazén, les boló su violencia, y a su governador don Charleta de Caracholi, que estava junto a él. Con esta ocasión executaron ingleses y olandeses un assalto tan a tiempo y buena sazón, que con poca o ninguna pérdida ocuparon el castillo, entrando nuestra gente a discreción bien que sin ofender a alguno de los enemigos.

Rindióseles la guarnizión y consediéndoseles la vida a todos logramos con estos prisioneros, que llegavan al número de unos 315 entre oficiales y soldados, rescatar los que hizo el enemigo en la funcción de las obras exteriores el día 14 de las tropas inglesas, olandesas y españolas, en que inadvertidamente, adelantándose hasta las puertas del mismo castillo, fueron sorprendidos de la cavallería y fusileros, que acudieron de la plaza en aquel parage.

Prosiguieron a la noche las balandras su acostumbrado exerzicio de arrojar bombas a la ciudad causando tantos estragos, que fué preciso a los vezinos desabitar sus casas, porque penetrándolas por el medio echavan por tierra los techos y tabiques, experimentando aún mayor ruyna las del común de la ciudad, Real Palacio y Deputación, donde una bomba quemó muchos papeles, y entre ellos las constituciones que se establezieron en las Cortes, que celebró el duque de Anjou en la misma ciudad.

Unas fragatas inglesas armadas passaron al 19 al cabo del río Llobregat, y desembarcando alguna gente, rindieron la guarnizión de la Torre, que en aquel puesto se halla construida y edificada concistiendo sus soldados que la defendían en unos 33 españoles poco más.

Abertura de ataques contra la plaza. Passa el rey su real morada a la Torre de Lledó, y estableze una junta de la nobleza catalana accarreando los naturales todo lo que se les manda en la expugnación.

Con el favor que franqueavan a nuestros gastadores los caminos cubiertos y ondos, que discurren de la montaña de Monjuich a su falda, pudieron dar principio sin riesgo ni ofensa alguna a la abertura de ataques, y con esta ventaja consiguió nuestra gente el 20 hallarse muy bien atrincherada y solo distante tiro de mosquete del fosso, y prosiguiéndose con todo calor en la fábrica de las baterías, a un tiempo empezaron a disparar de una que se hallava perfizionada al 21 de ocho piezas al lienzo de la muralla para desmontar los cañones de la batería, que los de la plaza tenían levantada en el parage, arrojando bombas igualmente en tanto que se continuavan las obras y trabaxos de una gran batería de 28 cañones de a diez y ocho a veinte y quatro libras de calibre.

Deseando su magestad estar más cerca de las operaciones del sitio para poder dar más prontos y efectuosos los órdenes y providencias que se ofrezían continuamente, elixió por su real morada la Torre de Lledó junto al convento religiosos capuchinos de Sarriá situación eminente, sana y deleitable.

Estableziose una junta en el mismo palacio de la nobleza catalana, que nombró su magestad de la mayor calidad, maduras experiencias, sanas reflexiones y que más se avían señalado en la justicia de su causa, que fueron el excelentíssimo señor don Joseph Galceran de Pinós, y de Rocabertí, Marque Besora, marqués de Monnegre, don Feliciano de Cordellas, don fr. Feliciano de Sayol de la orden de San Juan, y don Juan de Gualbes, en quienes depositó su magestad la confianza en las disposiciones del país y dirección en todo lo que este podría sobrellevar en aquella ocasión del sitio de Barcelona, para que midiendo sus fuerzas con la prudencia y igualdad, viniesen gustosos al servicio que tanto importava para su quietud y perpetua libertad.

Experimentose el desempeño de este congresso en su continua aplicación y desvelo, de calidad que no solo davan caval cumplimiento los pueblos en todo lo que por la junta se les insinuava, sí también corriendo a competencia, quién más podría manifestar su zelo y afecto en el aumento de comboyes y acarreos de municiones y pertrechos a las baterías, y assimismo faxinas, estacas, tablones y otros géneros que subministravan a sus proprias expensas, alegres de concurrir en assumpto tan consequente, y que se dirigía al universal sossiego y duradera tranquilidad.

Insiguiendo el real acuerdo de su magestad assistían a milord Peterboroug dos cavalleros del país día y noche, y passando este general a reconozer las obras de ofensa, que executavan los ingleses contra la plaza, iendo este día con su excelencia don Francisco de Asprer, suzedió la fatalidad de que una bala de las muchas que disparava la artillería de la plaza quitó la cabeza a este cavallero a poca distancia del mismo milord.

Adelantándose mucho las operaciones de la expugnación de Barcelona, se dió forma como dar principio al logro de las demás plazas del Principado aviendo yá la mayor parte dado la devida obediencia y vassallage a su magestad, y lograrse la pocessión del castillo de Cardona, assí que se encargó la expedición de la de Tarragona a don Antonio de Paguera y Aymerich (haziendo passar a aquellos mares algunos navíos para atacarla en toda forma), la de la ciudad de Lérida a don Manuel Desvalls y de Vergós, y a Miguel de Subías, y la de Gerona a don Gabriel Colbars, marchando todos sin perder tiempo a las empresas ideadas, y arreglamiento de la gente del país a que era preciso echar mano en aquella ocasión, no obstante el hallarse bastantemente ocupada en la expugnación de la capital de numerosos sometenes y continuos acarreos de todo lo que se necessitava en el campo.

Dióseles por parte de su magestad las instrucciones necessarias de lo que avían de obrar, encargándoles mucho el que no se executase el menor desorden contra los naturales, pues el desabrimiento no podía produzir el buen efecto que se esperava lograr en la reduczión de aquellas plazas al devido dominio del rey nuestro señor.

Proseguían los ingleses con todo calor y continua aplicación tanto en perfizionar sus baterías, como en adelantar los aproches, disparando continuamente contra el castillo de Monjuich sus cañones y granadas reales, de calidad que aquel vehemente fuego que executavan ocasionó mucho daño a los que le defendían.

Ivan llegando todos los días los sometenes que se mandaron levantar en la provincia para el refuerzo de nuestras tropas, armados y equipados con resolución de chocar contra el enemigo.


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