Capítulo 47

Dispara el enemigo con dos baterías al lienzo de la muralla de San Antonio y baluarte, echando bombas y granadas reales, executando con todas y a su compaz las balandras una salva 3 vezes. Prosiguen los de la plaza el cordón de Capuchinos. Agencia el contrario acercársenos con la zapa a la contraescarpa. Salida de la plaza.

Entra el príncipe Henrrique por mar a la ciudad. Prosigue sus aproches el enemigo, que nos dispara de más cerca con tres nuevas baterías para hazer brecha, correspondiendo los cañones de la plaza, que le buelan 150 barriles de pólvora.

Aplicación de sitiados en limpiar de fosso de las minas, estendiendo los sitiadores la brecha a tiempo que echan balas incendiarias a la ciudad.

Cruel fuego de una y otra parte, logrando el enemigo tener con el suyo casi perfizionada la brecha y los sitiados muy avanzada la cortadura. Avisos de milord Peterboroug, que asseguran descubrirse de Tarragona navíos de la flota, con otros susessos.

Dispara el enemigo con dos baterías al lienzo de la muralla.

Al amanezer del 28 disparó el enemigo con dos baterías nuevas la una de más abaxo del campo de los Judíos y la otra de la casa del Dotor Metge, encaminando sus tiros al lienzo de la muralla entre la brecha que avían echo los ingleses y el baluarte de San Antonio, echando bombas y granadas reales a aquel puesto y muchas balas a la ruina de la ciudad, que duró todo el día.

Por la tarde a las 6 hizo la esquadra enemiga y todo su campo des de la parte de Besós hasta los quarteles de Monjuich una triplicada salva, disparando igualmente unas piezas de campaña que tenía divididas por todos los passos de la montaña delante Barcelona para impedir nuestro socorro, publicando que aquel triplicado disparo era en manifestación de la alegría de haver ganado Vandosma una batalla en Italia, como lo explicaron algunos desertores. Nuestra artillería jugó continuamente y desmontó algunas piezas de las baterías enemigas.

Aunque procuraron los sitiadores adelantar quanto pudieron sus trabajos al 29 para acercarse a la plaza, dispararon poco sus baterías, no obstante lo mucho que les molestava nuestra artillería, y en particular la de los baluartes de la punta del muelle y el del Rey a sus ataques, que formavan contra la plaza cogiéndoles de través la una dirigida al fuerte, que tenía en el campo de los Judíos, y la otra en sus aproches (como dixe). Prosiguieron los nuestros el cordón del convento de los capuchinos, que está en el medio del llano fuera la ciudad, en donde para guardar aquel importante puesto se pusieron algunos cañones menores, cuyos tiros por lo que ofendían mucho en sus tiendas al enemigo, les precisaron a retirarlas.

Fueron muchas las bombas que se nos dispararon a la noche para estorvar y impedir las obras de defensa, que se adelantavan con tanto calor y fatiga mayormente la de cortadura, prosiguiendo al mismo tiempo el enemigo las suyas para acercarse con sus ramales a la plaza, y no obstante su continuado fuego no experimentaron daño considerable nuestros gastadores. Advirtiose que los sitiadores avían formado dos baterías más baxo el convento de Santa Madrona, para hazer brecha al Baluarte de la Puerta de San Antonio.

Don Antonio Caracholi comandante de algunos 50 cavallos voluntarios, fué a embestir a su contrario en la parte de Sarriá, y después de aver logrado con mucho valor venzer algunos franceses, que dexó tendidos en su campo, se retiró con buena orden, por ver que iva cargando el enemigo con muchas tropas.

Entra el príncipe Henrrique por mar a la ciudad. Prosigue sus aproches el enemigo, que nos dispara de más cerca con 3 nuevas baterías para hazer brecha, correspondiendo los cañones de la plaza, que le buelan 150 barriles de pólvora.

A las dos y media de la mañana del 30 entró al puerto de nuestra ciudad con una fragata armada de algunos 60 ingleses el príncipe Henrrique Landgrave de Hassia, causando su arribo un singular alborozo a todos los vezinos, por el valor y vigilancia que ellos y todo el Principado tenían experimentado de su hermano el príncipe Jorge (que gloriosamente murió el día 14 de setiembre próximo passado en el avanze, con que felizmente se logró el rendimiento de Monjuich), y por las noticias que tenían de las funcciones militares en que avía dado muestras en todas partes, y particularmente en el sitio de Gibraltar de su singular valor, espíritu y ardimiento.

Continuó el enemigo sus aproches azia la plaza, empezando a disparar la nueva batería que tenía baxo Santa Madrona, con seis cañones, trabaxando incessantemente en perfizionar otras más cerca para hazer brecha, no cessando en arrojar bombas para impedir los trabaxos de la estacada que se hazía en nuestra estrada encubierta y la cortadura, a los que limpiavan las ruinas que hazían sus baterías.

Empezó el mayo, y al rayar el alba de su primer día disparó el enemigo con todo furor para hazer brecha de más cerca con dos baterías, una de 16 cañones y otra de 14, que con todas las demás hazían número de ochenta, tirando a carga cerrada unas y otras a la muralla, con muchos estruendo y ruina de aquel lienzo. Por la mañana se hizieron seis señales de la montaña, que eran los que nos avían de anunciar la venida de nuestra armada de mar con el socorro del desembarco, lo que no obstante dudavan muchos por ver que el viento era contrario, pero a la noche recivió su magestad una carta de milord conde de Peterboroug que le certificava estar la armada muy cerca.

El mariscal de campo general conde de Ulefeld y el príncipe Henrrique Landgrave de Hassia incessantemente davan las providencias para que con toda prestesa se perfizionasen las obras de defensa azí en la cortadura, que se formava en el Bastión de San Antonio, como en la otra grande de las huertas de San Pablo, disparando continuamente del Baluarte del Rey y de la muralla la artillería, y fué tan dichosa una bala, que tiraron de aquel, que bolándole al enemigo 150 barriles de pólvora y las demás municiones que tenía en sus baterías, y assimismo con la violencia parte de su artillería y artilleros, pegó fuego a los mismos cordones, de calidad que disparando antes con 15 piezas de aquella batería, solo lo executaron después con 10 cañones. Fué tanto el estruendo que ocasionó este accidente, que juzgando dentro la ciudad que el enemigo avanzava la brecha, acudieron los moradores en tanto número que al instante quedó coronada la muralla, cortadura y demás puestos, causando gran consternación al enemigo, que den de Monjuich lo estava reconoziendo.

Aplicación de sitiados en limpiar el fosso de las ruinas, estendiendo los sitiadores la brecha a tiempo que echan balas incendiarias a la ciudad.

Esta noche no echaron los enemigos bombas de mar, ni de las baterías de tierra, atendiendo solo a las obras de sus líneas y ataques, con cuyo sossiego pudieron los sitiados limpiar el fosso, quitando enteramente las ruinas que el cañón contrario avía echo en el Baluarte de San Antonio y en la cortina de la muralla en que habría su brecha.

Hizieron los italianos del regimiento de Castillone esta misma noche una salida de la plaza sobre los aproches del enemigo, que lograron felizmente por haverle precisado a desamparar parte de ellos, donde quedaron muchos muertos del contrario, prendiendo los nuestros un oficial y tres soldados con muchos instrumentos que de sus gastadores se llevaron, y a no aver cargado los sitiadores con muchas tropas, logravan el venzimiento de muchos más enemigos, y assí tomaron el expediente de retirarse sin pérdida alguna de los suyos.

Continuaron los sitiados su grande fuego a los ataques y baterías de su contrario, prosiguiendo assimismo las obras de sus cortaduras y demás defensas.

Todo el mayor conato del enemigo se reduxo el día 2 a habrir sus brechas, echando al mismo tiempo algunas balas incendiarias a la ruina de la ciudad, y se reparó que faltavan algunos navíos de su esquadra, incorporándose los dos que tenía frente al río Besós con los demás, que se hallavan a la otra parte de Monjuich donde tenía su desembarcadero. Por la tarde bolvieron los nuestros de la montaña a repetir señales de la armada.

Cruel fuego de una y otra parte, logrando el enemigo con el suyo tener casi perfizionada la brecha, y los sitiados muy avanzada la cortadura. Avisos de milord Peterboroug, que asseguran estar muy cerca la flota.

El fuego que se hizo de una y otra parte el día 3 fué mucho, esforzándolo el enemigo para ensanchar y allanar las brechas, que continuó en la noche con la mosquetería, y algunos cañonazos con bala menuda para impedir el reparo de aquella.

Como fuesse todo el conato del contrario en tener expedida la brecha para el assalto, era continuo su disparo para conseguirlo, y assí al 4 logró el enemigo mucha ventaja en la obra a que tanto anelava, lo que motivó a los de la plaza para que con el mayor calor y incessante aplicación trabaxasen en perficionar la defensa de la cortadura, en que concurriendo los príncipes de Liecktenstein y Henrrique Landgrave de Hassia, la familia del rey nuestro señor tantos albañiles y carpinteros, y otros estipendiarios se vió en breve muy adelantada aquella obra que tanto importava.

Hallávase el comandante general milord conde de Peterboroug en la montaña disponiendo el socorro con los generales que algunos días avía llegaron con algunas tropas de infantería y cavallería, y con mucha gente del país en aquel parage: capitaneada de la nobleza catalana, des de allí dió este milord la noticia, como avía recivido carta del enviado de su magestad bretánica Estanope, en que le dava cuenta de que avía llegado felizmente con la armada en Altea a 29 de abril y que muy presto se vería delante Barcelona.

No cessó de tirar al 5 el enemigo con todo vigor a la brecha, de calidad que casi la puso en disposición de assalto, para cuyo efecto previno gran cantidad de faxinas en sus ataques, y se acercó tanto a la estrada encubierta, que llegó a menos de tiro de pistola de ella.

Por nuestra parte se trabajava incessantemente en las obras de defensa, y con todo calor esta noche en poner una empalizada en la misma brecha, con mucha faxina y tierra para impedir el assalto, y se hizo la repartición de las tropas cerca la cortadura para estar más prontas si el enemigo hubiese intentado algún avanze. Estava prevenida la gran cortadura con dos baterías por los lados que las cerravan de 6 cañones cada una, dirigidas a la brecha, su fosso muy ancho y ondo, y en medio del (sic: de él) una estacada cubierta, y por su llano inmediato a la brecha avía muchas tablas con clavos de yerro al terrapleno siendo tan capaz su ámbito, que podían jugar dentro más de 300 cavallos. Avía a más de está grande prevención sobre la misma brecha, y lo restante del terrapleno de la muralla, que con unos torreones formados de tapia, se lograva que las baterías de la montaña de Monjuich no ofendiesen a la infantería, que estava defendiendo la muralla, ni en frente ni por los lados, ni podían desmontar nuestra artillería, y en caso de assalto les hubiere impedido fortificarse sobre la muralla, que era la operación más dañosa que podían executar.

Llegó un correo esta noche de milord conde de Peterboroug con el aviso de que algunos navíos de la flota se descubrían ya de Tarragona, y que él se iva a embarcar para venir con ella a nuestro socorro.


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